lunes, 30 de abril de 2012

UN VISTAZO AL FONDO DE ARMARIO CICLISTA (V): LOS DOSMILES

Finalizamos nuestra serie sobre la indumentaria ciclista con la última década, los dosmiles, o los naughties, o como queramos llamarles. Se hace un tanto difícil hablar de la pasada década con objetividad, o al menos con cierta distancia, pues si bien algunos acontecimientos nos parecen ya muy lejanos (el 11 S, por ejemplo, o el 11 M de Madrid), todavía tenemos la sensación de estar en ella, buceando en el pantanoso mundo inmediatamente posterior a tales acontecimientos. Aunque, bien mirado, en estos últimos años se han sucedido los acontecimientos: el agudizamiento de la crisis internacional, la caída de las autocracias norteafricanas, junto con el movimiento de los indignados en España, expandido a todo el mundo occidental, nos han metido de lleno en otra década, plagada de incertidumbres. Y si bien la década de los naughties comenzó con una especie de llamada generalizada al orden, al miedo y al control, los dosmildieces, o como se nos ocurra llamarlos a posteriori, han surgido con fuertes tensiones entre la revolución y la involución; tensiones sociales como no se habían vivido quizá desde la caída del muro de Berlín.

Pero repasemos un poco estos años. La década empezó en serio, y con ella también el siglo, con la imagen de un avión impactando en una de las Torres Gemelas de Nueva York. Aunque quizá algunos adelanten el comienzo "real" un poco: a la polémica victoria de George Bush en las elecciones del 2000, y la entrada de los halcones en la Casa Blanca. Marquemos el punto de arranque donde lo marquemos, lo cierto es que se dio rienda suelta a la paranoia: del Eje del Mal se pasó al Yes, we can, pero en medio quedaron en el camino la Operación de Libertad Duradera, los controles en los aeropuertos, la guerra preventiva, Colin Powell y las armas de destrucción masiva, el zulo de Sadam, las montañas del Tora Bora... Afortunadamente, el mundo dejó de ser una proyección de los Estados Unidos. La década comenzó con Vladimir Putin, el pacto de las Azores, el retorno de Berlusconi....pero a mitad de la década el tsunami de Indonesia y el huracán Katrina lo revolvieron todo...y acabamos con la primeras revueltas sociales (el invierno griego del 2008 por la muerte del joven Alexandros Grigoropoulos, y el despertar juvenil de Irán), y la quiebra de Lehman Brothers y el inicio de la crisis monumental actual. 

En España fueron años de Prestige y No a la guerra, de Gran Hermano y de Operación Triunfo, de Titadine y Goma 2 Eco, del redondeo y del euro, y también de Rouco y Paco "el Pocero", hasta que todo acabó por reventar. Declinaba el imperio americano, y emergía el imperio chino. Europa se convirtió en reducto arqueológico, solo revitalizada internamente por una juventud en movimiento (gracias a Raynair y las becas Erasmus), al mismo tiempo que descollaban los países emergentes. 

Han sido años de globalización; o como prefieren llamarla ahora, mundialización. La telefonía móvil evolucionaba cada año. Pasamos del efecto 2000 al mail, del mail al messenger, del messenger al facebook, y al mismo tiempo wikipedia se convirtió en la nueva Babel, y YouTube en la distracción planetaria. Se comenzó a comer sushi en Marrakech y falafel en Tokyo; y se escuchaba a Beyoncé en Nueva Delhi y Raeggeton en Milán. Ya se sabe, mundialización. La gente se enganchó a Lost y Los Soprano, y las salas de cine se vaciaron (hasta que Cameron recurrió al 3D). Entre otras cosas, ha sido la década de Michael Haneke y Fatih Akin, de Apichatpong Weerasethakul y  los hermanos Dardenne.

En el mundo del ciclismo fueron años también convulsos. Durante el primer lustro, el dominio del norteamericano Armstrong distrajo la atención, y nadie habló de doping; tan solo se mentó la lucha contra el cáncer. Pero una vez retirado el tejano, surgieron los casos más sonados: la Operación Puerto en 2006, Vinokourov en 2007, Riccó, Köhl, Rebellin y Schumacher en 2008, y finalmente Contador en 2010. Se aligeraron las bicicletas, se popularizaron los pinganillos y aumentó el control en las carreras, se internacionalizó definitivamente el ciclismo y se produjo todavía una mayor especialización de los corredores. 

En el ámbito de la indumentaria, hubo también cambios: se ocupó plenamente el culotte, que pasó a combinarse con los colores del maillot. La publicidad alcanzó todos las partes del cuerpo del ciclista, incluido el trasero. Se abandonaron los difuminados de la década anterior y las combinaciones estridentes: se prefirió, en cambio, cierta monocromía. Aun así, hubo maillots bastante resultones, como los que a continuación mostramos:

Interesante maillot Nike del US POSTAL SERVICE de 2000. Lance Armstrong en acción.

Erik Zabel con el maillot Adidas del T-MOBILE alemán de 2005.Este maillot inauguró cierta estética retro.

Mario Cipollini luciendo uno de los maillots más estrambóticos de la historia del ciclismo: el maillot cebra del ACQUA & SAPONE de 2002.Todo menos discreto.

Óscar Sevilla con el "particular" maillot del ROCK RACING de 2008. Este maillot apenas pudo verse en el pelotón europeo.

Konstantyn Sivtsov con el maillot del HIGH ROAD de 2008. Este elegante maillot retro solo estuvo presente de enero a junio, pues en el Tour de Francia se incorporó un nuevo patrocinador, Columbia, que cambió el diseño, y a pesar de tratarse de una marca de ropa, lo empeoró.

Maillot curioso del CSF - NAVIGARE de 2008.
BIG MAT de 2003. Retomaba el maillot "mono de trabajo" del Castorama de los noventa. 

El equipo alemán MILRAM, patrocinado por una empresa lechera, mostraba este diseño "vacuno" en 2009. En la fotografía, Gerald Ciolelk.
El maillot "sunset" del DOMINA VACANZE de 2005.


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