sábado, 11 de abril de 2015

LOS MEJORES DE LA PARIS - ROUBAIX

La edición de mañana de la París - Roubaix será sin duda la más abierta de los últimos años, pues no contará con la presencia de los dos grandes dominadores de las pruebas de adoquín de la última década, Tom Boonen y Fabian Cancellara. Para hacerse una idea de lo que ha sido esta particular diarquía en el terreno del adoquín, basta indicar que ambos han ganado siete de las últimas diez ediciones. En dos de las tres restantes han vencido dos respectivos gregarios, O'Grady y Tersptra, hecho que dota sin duda de más valor a la victoria de Johan Vansummeren en 2011. 

De este modo, con la ausencia de estos dos jerifaltes (empleando la terminología habitual de Amat Carceller) la terna de favoritos se ha ampliado notablemente. O no tanto, si se tiene en cuenta el medio mes fantástico que está atravesando el equipo Katusha, con Alexander Kristoff a la cabeza. El noruego lidera el ranking de victorias del año. Su precipitada arrancada en via Roma le obligó a inclinar la cabeza ante Degenkolb, pero desde entonces todo han sido victorias: las tres etapas en línea en De Panne más la general final, la portentosa exhibición en Flandes, y el Scheldeprijs. En esa kermese deslucida en la que se ha convertido la Ronde, Kristoff hizo lo que quiso y cuando quiso. Secundó el ataque decisivo de Terpstra, casi lo descuelga en el Paterberg, tiró los últimos kilómetros prácticamente en solitario y lo remató sin piedad en la  insulsa recta final de Oudenaarde. Tres días después ganaba el sprint del Scheldeprijs sin rivales, aunque con algo más de cansancio aparente.

Todo puede parecer más o menos normal, o cuanto menos no insólito, pues no se trata de la primera barrida de un solo corredor en una primavera. Sin ir más lejos, están los precedentes de Cancellara en 2010, Gilbert en 2011 o Boonen en 2012. Lo más sangrante es que a la tiranía particular de este corredor de veintisiete años, es decir, en el comienzo de su plenitud deportiva, se suma la de sus compañeros vejestorios, que deberían haber dejado ésta años atrás: Paolini (38 años) controlando el ascenso al Poggio y logrando la mejor victoria de su carrera profesional en una Gent - Wevelgem épica; Vicioso (37 años) superando la fractura de fémur del año pasado en el Giro e imponiéndose en el Gran Premio Miguel Indurain; y más recientemente, la exhibición de Purito (35 años) en el País Vasco. En este último caso puede decirse sin ofender a la verdad que Purito ha hecho la contrarreloj de su vida. Nada menos que segundo tras Tom Dumoulin. Bien es cierto que terminaba en uno de esos repechos que tan favorables son al catalán, pero cabe repetirlo, ha hecho sin duda la mejor contrarreloj de su vida. A los treinta y cinco años para treinta y seis. Cuando está ya para el retiro. Esta "racha", o tiranía gerontocrática, está ensombreciendo a las de Sky y Astana en épocas recientes, principalmente por la veteranía de los protagonistas. Si a una cosa recuerda es a la segunda juventud de Moreno Argentin. O a la bendita senectud de ese pillo llamado Chris Horner.

Aparte del noruego, que debería acusar la fatiga de ser humano, hay otros favoritos, como el sir mod. Sir Bradley Wiggins pretende convertirse en el séptimo vencedor "moderno" de Tour que inscribe su nombre en la París - Roubaix tras Coppi, Bobet, Gimondi, Janssen, Merckx e Hinault. Es decir, el mod tiene entre ceja y ceja, o entre patilla y patilla (aunque sería mejor decir ahora entre tatuaje y tatuaje), inscribir su nombre entre las leyendas más grandes del ciclismo. Una vez venza en Roubaix y bata el record de la hora, ya puede irse sin remordimientos de birras y drogas con sus amigos guitarreros. Para intentar alcanzar su objetivo deportivo contará con Thomas y Stannard como gregarios de excepción, tipos duros que han demostrado sobradamente su solvencia, despatarrando con su fuerza bruta en el llano a otros tipos curtidos como Boonen, Vandenbergh, Stybar, Terpstra o Sagan. Tom Boonen lo ha señalado como su favorito, aunque para su victoria el sir tendrá que contar con que no llueva, pues ya se sabe que la lluvia y él no se llevan muy bien, y la habilidad no es su fuerte. Los Sky contarán con una Pinarello con suspensión que parece el no va más, pero que quizá dé los mismos resultados que la Bianchi extraña que lucieron los GB-MG en la París - Roubaix de 1994.

De todas formas no hay que perder de vista a Degenkolb, del que apenas se habla y que puede hacerlo muy bien. También están los Etixx, un poco desquiciados por la falta de su referente en carrera y por los errores de juveniles que han cometido en las últimas grandes citas, y cómo no, también están  Vanmarcke, otro que se ha limitado a perseguir a lo loco sin resultado alguno, y Sagan, que parece dominado por la apatía, en un equipo nuevo en el que se encuentra mucho más solo que en temporadas anteriores. El eslovaco parece que está mostrando los primeros síntomas de ese síndrome que afecta a las promesas del este, y que las hace declinar una vez conocen el irresistible cóctel de lujo, dinero y chicas guapas.

Quizá sea también el momento de Arnaud Demare, sabiendo lo bien que cuidan en La Française des Jeux la preparación de esta clásica. Tampoco se puede descartar a Lars Boom, Sebastian Langeveld, Bert De Backer, Maarten Tjaillingii, Jens Keukeleire, Jurgen Roelandts, Greg Van Avermaet,  Johan Vansummeren, Bjorn Leukemans, Stijn Devolver, Sylvain Chavanel, Filippo Pozzato, Jens Wallays, Edward Theuns y, por qué no, Liuwe Westra. En resumen, Kristoff y los Sky (Wiggins y Thomas principalmente) parecen un paso por delante de los demás, sin descartar a Terpstra, Stybar, Degenkolb y Sagan si tiene su día.  

En cuanto a la carrera en sí, todo dependerá de las condiciones climáticas. Estamos habituados últimamente a los desenlaces "en seco". Tanto es así que Cancellara nunca ha corrido en mojado. Hay que remontarse nada menos que a la edición de 2002 para encontrar una París - Roubaix auténtica, en el sentido que le daba al término auténtico Sean Kelly. Si no se quiere ir tan lejos, el Tour del año pasado nos ofreció una versión reducida del infierno del norte (152 km. frente a los 253, 5 de mañana), aunque con la intensidad y el dominio tipo Mapei de los grandes momentos. Fue sin duda la etapa reina del pasado Tour, con una exhibición fuera de lo común del equipo Astana (Nibali, Westra y Fuglsang) y victoria final para Lars Boom. En esa mini-Paris-Roubaix, Sagan hizo cuarto, Keukeleire sexto, Westra noveno y Trentin décimo, de los corredores que correrán mañana. 

París - Roubaix es la carrera para especialistas por excelencia. Corredores como Franco Ballerini, Frederic Guesdon, Servais Knaven o Magnus Backstedt dieron en ella lo mejor de sí mismos. También otros que no la consiguieron, como Juan Antonio Flecha. Es una salvajada que retrotrae a otros tiempos, aunque cabe recordar que la exclusividad del pavé "en bruto" solo la tiene desde 1968, cuando el recorrido se modificó para pasar por la zona de Valenciennes, con la troué de Wallers-Arenberg como sector estrella. Desde entonces ha dejado grandes momentos, demostraciones en solitario y también astutas jugadas tácticas, pero también bastantes resbalones inocuos y caidas graves. Algunos grandes, como Tom Boonen, se revelaron al gran público sobre sus adoquines. Se trata de una carrera que ha sabido mantenerse fiel a su esencia, sin alterarla un ápice para endulzar a nadie. Nunca ha hecho concesiones, siempre se ha ofrecido a los corredores con idéntica brutalidad, en un "o lo tomas o lo dejas" donde se miden muchas veces los auténticos actos de valentía deportiva. Repasemos, como hemos hecho con los anteriores monumentos, los principales protagonistas de su historia.

1. ROGER DE VLAEMINCK  103 puntos
1969    5º    6
1970    2º    9
1971    7º    4
1972    1º    10
1973    7º    4
1974    1º    10
1975    1º    10

1976    3º    8
1977    1º    10
1978    2º    9
1979    2º    9
1981    2º    9
1982    6º    5


2. FRANCESCO MOSER 74 puntos
1974    2º    9
1975    5º    6
1976    2º    9
1978    1º    10
1979    1º    10
1980    1º    10

1981    3º    8
1982    10º  1
1983    3º    8
1986    8º    3


3. JOHAN MUSEEUW 74 puntos
1992    7º    4
1993    4º    7
1995    3º    8
1996    1º    10
1997    3º    8
1999    9º    2
2000    1º    10
2001    2º    9
2002    1º    10
2004    5º    6


4. EDDY MERCKX 73 puntos
1967    8º    3
1968    1º    10
1969    2º    9
1970    1º    10
1971    5º    6
1972    7º    4
1973    1º    10
1974    4º    7
1975    2º    9
1976    6º    5

5. TOM BOONEN 71 puntos
2002    3º    8
2004    9º    2
2005    1º    10
2006    2º    9
2007    6º    5
2008    1º    10
2009    1º    10

2010    5º    6
2012    1º    10
2014    10º    1


6. FABIAN CANCELLARA 66 puntos
2004    4º    7
2005    8º    3
2006    1º    10
2008    2º    9
2010    1º    10
2011    2º    9
2013    1º    10
2014    3º    8


7. RIK VAN LOOY 65 puntos
1958    3º    8
1959    4º    7
1961    1º    10
1962    1º    10

1963    2º    9
1965    1º    10
1966    9º    2
1967    2º    9

8. GASTON REBRY 63 puntos
1926    3º    8
1928    4º    7
1929    5º    6
1931    1º    10
1933    7º    4
1934    1º    10
1935    1º    10

1936    3º    8

9. GILBERT DUCLOS-LASSALLE 54 puntos
1980    2º    9
1983    2º    9
1989    4º    7
1990    6º    5
1992    1º    10
1993    1º    10

1994    7º    4


10. RIK VAN STEENBERGEN 51 puntos
1948    1º    10
1951    3º    8
1952    1º    10
1956    4º    7
1957    2º    9
1958    4º    7

Otros corredores en activo:

Niki Terpstra (24 puntos): 5º 2012 (6), 3º 2013 (8), 1º 2014 (10)
Johan Vansummeren (21 puntos): 8º 2008 (3), 5º 2009 (6), 1º 2011 (10), 9º 2012 (2)
Sep Vanmarcke (16 puntos):  2º 2013 (9), 4º 2014 (7)
Filippo Pozzato (14 puntos): 2º 2009 (9), 7º 2010 (5)
Zdenek Stybar (11 puntos): 6º 2013 (5), 5º 2014 (6)

Y una mención especial para:

OCTAVE LAPIZE (37 puntos)
1909    1º        10
1910    1º        10
1911    1º        10

1912    4º        7

sábado, 4 de abril de 2015

LOS MEJORES DE LA RONDE VAN VLAANDEREN

Después del aperitivo de Harelbeke y Wevelgem, llega die Ronde, la reina de las clásicas flamencas. Aunque, como lleva sucediendo de un tiempo a esta parte, las hermanas pobres de la Ronde parecen ofrecer mucho más espectáculo. De hecho, la Gent-Wevelgem de este año, con su disputa en domingo como si de un auténtico monumento se tratase, ha sido la mejor clásica que se recuerda en los últimos años, aunque con un vencedor, Luca Paolini, que quizá no se encuentre a la altura de la intensidad y la épica de la prueba. Disputada con un viento infernal, las largas rectas camino de Wevelgem fueron mucho más determinantes, mucho más espectaculares, que el famoso Mont Kemmel. La escapada de Jurgen Roelandts, rodando contra un fuerte viento de costado como un junco que se inclina pero no se parte, quedará en los anales como uno de los grandes coitus interruptus de las clásicas de los últimos tiempos.

Quizá la "decadencia" de la Ronde van Vlaanderen algo tenga que ver con la ausencia desde 2012 del Muur-Kapelmuur de Geraardsbergen. La subida al muro de la capilla, al igual que el Poggio de Sanremo, era uno de los momentos del año esperados con más ansia. Bien es cierto que las exhibiciones marcianas de Devolder, y principalmente de Cancellara en 2010, se encargaron de derribar parte de la magia de este lugar. Los chepazos e hincones sobre los irregulares adoquines de la cuesta de la capilla, tan comunes diez años antes con Van Hooydonck, Museeuw, Tchmil y compañía, se habían convertido en un suave deslizamiento, en una cuesta que podía subirse sin levantar el culo del sillín y a molinillo. Pero soy de la opinión de que una clásica no debe renunciar a sus "hitos". El plano general del helicóptero encuadrando la localidad de Geraardsbergen era uno de esos hitos; también las cámaras fijas de la subida, enfocando esos adoquines colocados en el talud de la colina, o ese plano contrapicado final de la capilla, con el corredor o corredores destacados pasando por delante de ella. Y ya se sabía: quien pasaba primero por delante de la capilla, podía decirse que había ganado ya tres cuartas partes de la Ronde van Vlaanderen.

Su sustitución por la dupla formada por Oude Kwaremont y Paterberg atrae muchísimo menos, desde mi punto de vista. Oude Kwaremont  sí que tiene algo especial, de hecho es un auténtico monumento en la prueba, por su antigüedad y su longitud, pero no tiene tanta dureza, y ahora lo suben al tran-tran. Paterberg, en cambio, es más explosivo y duro, es el punto decisivo; pero no se trata de un monte bonito (desemboca en una carretera de varios carriles), y además tiene un canalillo lateral por el que se pueden esquivar los adoquines, en caso de que no haya vallas. Por otro lado, al formar parte de un circuito final con tres pasos, la carrera pierde mucha vivacidad y los fanáticos cerveceros han encontrado un punto en el que armar bulla. Y es que si por algo se han caracterizado los últimos tiempos de esta carrera ha sido por la bulla que se arma, por el público (¿borracho, quizá?) invadiendo en exceso la calzada, por las caídas. Sin ir más lejos, todos recordamos el choque mortal el año pasado de Vansummeren con una espectadora. En resumen, podría decirse que la Ronde se ha "harelbekizado", es decir, ha perdido sus señas de identidad para convertirse en una carrera que no se diferencia mucho de las demás que se disputan antes. Así que si hay alguna plataforma de change.org o lo que sea para reclamar la vuelta del Muur-Kapelmuur, y rescatar así un poco la magia que de niños veíamos en esta carrera y que irremediablemente ha perdido, yo me apunto. 

Pasemos pues al apartado de los pronósticos. La ausencia de Cancellara y Boonen es determinante. Estos dos, motores y coca aparte, pasarán a la historia reciente del ciclismo como los auténticos dominadores durante más de un decenio de las clásicas de adoquín, siendo el duelo establecido entre ellos digno de incorporarse a la larga lista de duelos históricos del ciclismo (Coppi-Bartali, Anquetil-Poulidor, Merckx-Ocaña, Moser-Saronni...). Por lo tanto su ausencia deja un vacío lleno de incertidumbres. A tenor de lo visto en la Gent-Wevelgem, habrá que estar alerta a lo que hagan Paolini, Terpstra y Thomas, hoy por hoy los principales favoritos junto a Vanmarcke y Vandenbergh, estos dos últimos especialmente negados para la victoria y habituales en las persecuciones. Paolini ya ha aprovechado su bala, y Terpstra y Etixx - Quick Step parecen no muy duchos en estrategia este año, así que Thomas, con un rendimiento más que sorprendente en este arranque de temporada, parece el favorito número uno. Es del Sky, con todo lo que comporta, y si ya era buen rodador, ahora lo es todavía más, tanto que asusta: parece Sean Kelly.

Tampoco se puede descartar a hombres rápidos y contundentes como Kristoff o Degenkolb, y a los que están en horas bajas pero que pueden resucitar, como Sagan, Devolder o Pozzato. Kristoff, tal y como anda el Katusha últimamente, parece el favorito número dos, tras Thomas (aunque ya se sabe que muchas veces los principales favoritos acaban "cagándola"). Van Avermaet y Stybar parecen haberse desinflado un poco desde principio de temporada, pero siguen siendo favoritos, al igual que Chavanel, Gilbert, Stannard, Oss, Kwiatkowski, Van Baarle, Debusschere y los sorprendentes corredores del Topsport Vlaanderen, Theuns y Wallays, que tan bien jugaron sus cartas en la Dwars door Vlaanderen. Luego hay otros que pueden andar cerca, como Gatto, Langeveld, Trentin, Boom o Demare. Aunque si alguien merece la victoria ese es Jurgen Roelandts, que nos regaló una escapada contra los elementos en la Gent-Wevelgem digna de un cuadro de Jakob van Ruysdael. En cuanto a apetencias personales, me encantaría una victoria de algún corredor del Topsport o del Lotto (Debusschere recuerda a Freire y a Van Petegem en cuanto a forma de correr, tirando al racaneo "inteligente"), y tampoco haría ascos a una de Vanmarcke e incluso Tersptra, al que perdono sus últimas marrullerías. No tengo nada especial contra Thomas, pero sí contra lo que representa, así que preferíría que no se diese otra victoria del Sky. Y si tengo que optar por sprinters, prefiero a Degenkolb y a Sagan antes que a Kristoff, que más que un corredor profesional parece un bebedor de cerveza (Freire decía que en su año en el Katusha solía cerrar pelotones con él, vaya cambio).

Repasemos a continuación, como ya hicimos en a propósito de la Milano - Sanremo, los mejores corredores históricos de esta clásica:

1. ALBERIC SCHOTTE (78 puntos)
1940    3º    8
1942    1º    10
1944    2º    9
1946    3º    8
1948    1º    10
1949    3º    8
1950    2º    9
1952    3º    8
1956    8º    3
1958    6º    5



2. JOHAN MUSEEUW (73 puntos)

1991    2º    9
1993    1º    10
1994    2º    9
1995    1º    10
1996    3º    8
1998    1º    10
1999    3º    8
2002    2º    9


3. EDDY MERCKX (57 puntos)

1967    3º    8
1968    9º    2
1969    1º    10
1970    3º    8
1972    7º    4
1973    3º    8
1974    4º    7
1975    1º    10


4. WALTER GODEFROOT (55 puntos)

1968    1º    10
1970    2º    9
1973    6º    5
1974    3º    8
1976    8º    3
1977    4º    7
1978    1º    10
1979    8º    3


5. PETER VAN PETEGEM (55 puntos)
1996    10º    1
1997    9º    2
1998    5º    6
1999    1º    10
2000    8º    3
2002    3º    8
2003    1º    10
2005    3º    8
2006    4º    7


6. ANDREI TCHMIL (52 puntos)
1994    3º    8
1995    3º    8
1996    6º    5
1997    4º    7
1998    3º    8
1999    7º    4
2000    1º    10
2001    9º    2


7. TOM BOONEN (50 puntos)

2005    1º    10
2006    1º    10

2010    2º    9
2011    4º    7
2012    1º    10
2014    7º    4


8. FRANS VERBEECK (45 puntos)
1969    8º    3
1970    4º    7
1972    3º    8
1973    7º    4
1974    2º    9
1975    2º    9
1976    9º    2
1977    8º    3


9. FABIAN CANCELLARA (43 puntos)
2006    6º    5
2010    1º    10
2011    3º    8
2013    1º    10
2014    1º    10



10. JAN RAAS (42 puntos)

1977    5º    6
1979    1º    10
1980    3º    8
1981    3º    8
1983    1º    10


Otros corredores en activo:

Greg Van Avermaet (23 puntos): 8º 2008, 4º 2012, 7º 2013, 2º 2014
Stijn Devolder (20 puntos):  1º 2008, 1º 2009
Philippe Gilbert (18 puntos): 3º 2009, 3º 2010, 9º 2011
Sep Vanmarcke (16 puntos): 2º 2013, 4º 2014
Peter Sagan (15 puntos): 5º 2012, 2º 2013
Heinrich Haussler (14 puntos): 2º 2009, 6º 2013


Con una mención final especial para:

ERIC LEMAN (34 puntos)

1970    1º        10
1972    1º        10
1973    1º        10

1976    7º        4

ACHIEL BUYSSE (30 puntos)

1940    1º        10
1941    1º        10
1943    1º        10





FIORENZO MAGNI (30 puntos)

1949    1º        10
1950    1º        10
1951    1º        10



Fuentes:

Schroeders, Fer, Les classiques du 20n siècle, de Eeclonaar, 1999
Godaert, Joel y Landuyt, Tony, Velo, ediciones de 2000 a 2015
wikipedia.nl

lunes, 23 de marzo de 2015

LA VOLTA A CATALUNYA: GANADORES DE ETAPA

Los hermanos del norte no se dan cuenta del rico patrimonio que tienen. No, no hablo ni de Gaudí, ni del FC Barcelona, ni del patrimonio de la familia Pujol. Tampoco del Románico pirenaico. Mi intención es hablar de algo también muy antiguo, pero no tanto: la vuelta por etapas más antigua de la península, la Volta. Una Volta que desde 1911 ha sabido mantener en pie, a veces con bastante inestabilidad, sus particulares señas de identidad, encabezadas por un jersey de líder que no se ha sometido a homologaciones amarillas ni a patrioterismos rojos, manteniendo su color blanco y sus tres rayas horizontales verdes.


La Volta vive afortudamente tiempos de bonanza, al menos en cuanto a participación. Lejos parecen las recientes ediciones en las que la dura competencia de Dauphiné y Suiza primero (entre 1995 y 2004), y la durísima del Giro d'Italia posteriormente (de 2005 a 2009), condenaban a la Volta a una exigua participación. Precisamente de esos años fueron los vencedores más efímeros, más sorprendentes, más escasos de resultados más allá de su victoria en la Volta (Pecharromán, David Cañada, Gustavo César Veloso, Karpets, Popovich), en una historia que desde finales de los sesenta ha visto vencer a algunos de los mejores ciclistas internacionales (Anquetil, Bitossi, Gimondi, Merckx, Thevenet, Maertens, Moser, Kelly, Chiappucci, Jalabert y Zülle) y nacionales (Ocaña, Perurena, Indurain, Lejarreta, y recientemente Valverde y Purito).



De todas formas, hay muchas cosas que mejorar. A la inasistencia de velocistas de nivel, debido a la disputa el día previo de la Milán-Sanremo, hay que añadir los recorridos en los que suelen intercarlarse con demasiada asiduidad largos tramos de carreteras anchas, algo poco usual en las vueltas de ASO y RCS, y que recuerda más a los años "dorados" de Unipublic. Por otro lado, los finales pirenaicos en su vertiente ibérica invitan poco a la ofensiva y al público. Con la entrada de la Generalitat de Catalunya como patrocinador casi exclusivo de la carrera, puede decirse que la retransmisión televisiva no solo no ha ganado calidad, sino que incluso la ha perdido. Baste para ello recordar simplemente aquella cámara mal colocada enfocando en pleno sprint la pancarta de meta ("Road cycling in Catalonia, Rennenradfahren in Katalonien") en vez de a lo corredores. O el retraso inexplicable en la conexión en directo en la primera etapa de esta edición, con un impagable larguísimo plano secuencia de los policías locales dirigiendo el tráfico en la meta.

A pesar de los múltiples defectos organizativos, que lastran notablemente el atractivo de la prueba, esta Volta se presenta interesante. La primera etapa disputada hoy, con salida y meta en Calella, se la ha tomado el pelotón medio en broma y ha dejado coger minutos a un terceto formado por Maciej Paterski, Bart De Clercq y Pierre Rolland. Los dos últimos no son precisamente mancos en montaña, y con tan solo un final en alto, ya veremos si Froome, Contador, Valverde o Daniel Martin son capaces de desbancarles de los primeros puestos.

Al menos, no parece ser este el año de las dos primeras etapas para el mismo corredor, caso bastante insólito en las vueltas por etapas internacionales (en el 2012 fueron las dos primeras para el atacante Albasini, pero en 2013 y 2014 fueron para los sprinters "segundones" Gianni Meersman y Luka Mezgec respectivamente). Pasemos a elencar a continuación los ciclistas que más etapas han ganado en la extensísima historia de la Volta, lista encabezada, cómo no, por el recientemente fallecido Noi de Montcada.

MIGUEL POBLET        32
Ganador de la Volta en 1952 y 1960.
1947    3 etapas        Vic (2ª), Tortosa (7ª), Barcelona (9ª)
1948    2 etapas        Reus (7ª), Manresa (8ª)
1949    4 etapas        Montjuïc (1ª), Figueres (3ª), Manresa (6ª), Reus (7ª)
1951    2 etapas        Figueres (2ª), Barcelona (12ª)
1952    3 etapas        Montjuïc (1ª), Tarragona (3ª), Ripoll (6ª)
1953    2 etapas        Montjuïc (1ª), Tarragona (8ª)
1954    4 etapas        Tortosa (6ª), Sitges (9ª), autodromo de Terramar (10ª), Barcelona (11ª)
1956    3 etapas        Igualada (2ª), Reus (8ª), Barcelona (9ª)
1957    2 etapas        Montjuïc (1ª), Barcelona (10ª)
1958    1 etapa        Granollers (7ª)
1959    3 etapas        Montjuïc (1ª), Palafrugell (6ª), Barcelona (9ª)
1960    3 etapas        Reus (2ª), Lleida (4ª), Palafrugell (6ª)

MARIANO CAÑARDO        22
Ganador de la Volta en 1928, 1929, 1930, 1932, 1935, 1936 y 1939.


1928    3 etapas        Tortosa (1ª), Reus (2ª), Palafrugell (6ª)
1929    1 etapa        Gironella (6ª)
1930     4 etapas        La Sénia (1ª), Tremp (4ª), La Seu d’Urgell (5ª), Barcelona (8ª)
1931    2 etapas        Alcañiz (2ª), Ripoll (4ª)
1934    1 etapa        Valls (3ª)
1935    3 etapas        Gandesa (3ª), Valls (4ª), Barcelona (9ª)
1936    3 etapas        Manresa (4ª), Valls (6ª), Vilafranca del Penedés (8ª cri)
1937    4 etapas        Valls (1ª), Igualada (2ª), Girona (3ª), Barcelona (4ª)
1941    1 etapa        Figueres (9ª)


TXOMIN PERURENA     14
Ganador de la Volta en 1973.
1968    1 etapa        Vielha e Mijaran (3ª)
1969    1 etapa        Arbúcies (2ª)
1971    2 etapas        Tarragona (1ª), Manresa (2ª)
1972    3 etapas        Tarragona (1ª), Granollers (2ªa), La Seu d’Urgell (3ª)
1973    2 etapas        Tarragona (1ª), Andorra la Vella (5ª)
1974    2 etapas        La Sénia (1ª), Montcada i Reixac (3ª a)
1975    3 etapas        Santa Coloma de Gramenet (Prol.cri), Barcelona (1ª), Manresa (6ª)

 DELIO RODRÍGUEZ     11

1941    4 etapas        Tortosa (4ª), Vilanova de Bellpuig (5ª), Manresa (6ª), Barcelona (10ª)
1942    2 etapas        Olot (7ª), Granollers (9ª)
1943    3 etapas        Tortosa (3ª), Vic (6ª), Barcelona (8ª)
1944    2 etapas        Motnjuïc (1ª), Sitges (3ª)

MARIO CIPOLLINI        11
1995    3 etapas        Port Torredembarra (2ª), Barcelona (3ª), Lleida (5ª)
1996    2 etapas        Barcelona (3ª), Lleida (5ª)
1998    4 etapas        La Pineda (1ªa), El Vendrell (2ª), Barcelona – Sants (3ª), Manlleu (4ª)
1999    2 etapas        Tortosa (1ª), Vilanova i la Geltrú (2ª)


MIGUEL GUAL     9

1945    3 etapas        Tarragona (5ª), Gironella (7ª), Barcelona (14ª)
1946    2 etapas        Sabadell (2ª), Manresa (5ª)
1947    3 etapas        Berga (4ª), Igualada (6ª), Tarragona (8ª)
1948    1 etapa        Figueres (2ª)


JOHAN VAN DE VELDE       8

1980    4 etapas        Lleida (1ª), Alto del Tibidabo (4ªa), Alto del Mas Nou (4ªb), Manresa (5ª)
1981    3 etapas        L’Estartit (1ª), Sant Joan Despí (2ªa), Llacs de Tristaina (4ª)
1982    1 etapa        Mataró (2ªa)

SEAN KELLY  8
Ganador de la Volta en 1984 y 1986
1984    4 etapas        Sant Boi de Llobregat (1ª), Barcelona (4ªa), Manresa (4ªb), Sant Pere de Roda (7ªa)
1985    1 etapa        Puigcerdà (2ª)
1986    1 etapa        L’Alguer/Alghero (7ª cri)
1987    2 etapas        Sant Sadurní d’Anoia (Prol.cri), Tortosa (1ª)


LAURENT JALABERT  8
Ganador de la Volta en 1995


1992    3 etapas        Lleida (2ª), Barcelona – Sants (5ªa), Sant Feliu de Guíxols (7ª)
1993    2 etapas        Barcelona (4ª), Granollers (5ª)
1994    1 etapa        Lleida (5ª)
1995    2 etapas        Monestir de Montserrat (1ª), Olot (7ª)


MAURIZIO FONDRIEST    6
1987    1 etapa        Lleida (4ª)
1991    2 etapas        Barcelona – Gràcia (3ªa), Rubí (3ªb)
1992    1 etapa        Platja d’Aro (5ªb)
1993    2 etapas        Sant Feliu de Guíxols (1ª cri), Vielha e Mijaran (7ª)
1995    1 etapa        Manlleu – La Piara (Prol.cri)

Fuente: Historia de la Volta a Catalunya, Juan Dorronsoro, Urtekaria


martes, 17 de marzo de 2015

LOS MEJORES DE LA MILANO - SANREMO

Una vez finalizada la Tirreno - Adriatico, la Classicissima se encuentra a la vuelta de la esquina. En este humilde blog tributamos una adoración desmedida por esta carrera que ronda los 300 kilómetros y que se ha mantenido prácticamente inalterable con el paso de los años, nada menos que desde 1907. Hoy es una carrera para hombres rápidos, aunque su triunfo es esquivo para los velocistas segundones, o adaptados a los kilometrajes ridículos de las etapas de las grandes vueltas. La Sanremo desprende el mismo aroma que los mundiales, aunque con una particularidad: es un mundial del que se conocen de antemano todos los detalles, cada curva y cada recoveco. 

Qué mejor manera que recordar la grandeza de esta prueba que hacer un recuento de aquellos que más veces han finalizado entre los primeros. Para ello, he distribuido una puntuación de 10 a 1 a los diez primeros de cada edición. Estos serían los mejores: 


1. COSTANTE GIRARDENGO (109 puntos)
1917        2º            9
1918        1º            10
1919        2º            9
1920        3º            8
1921        1º            10
1922        2º            9
1923        1º            10
1924        3º            8
1925        1º            10
1926        1º            10
1928        1º            10
1930        5º            6


2. ROGER DE VLAEMINCK (74 puntos)
1969        2º            9
1973        1º            10
1974        3º            8
1976        8º            3
1977        2º            9
1978        1º            10
1979        1º            10
1980        5º            6
1981        2º            9


3. EDDY MERCKX (73 puntos)
1966        1º            10
1967        1º            10
1969        1º            10
1970        8º            3
1971        1º            10
1972        1º            10
1975        1º            10
1976        1º            10


4. ERIK ZABEL (68 puntos)
1997        1º            10
1998        1º            10
1999        2º            9
2000        1º            10
2001        1º            10
2003        6º            5
2004        2º            9
2007        6º            5


5. ÓSCAR FREIRE (66 puntos)
2000        3º            8
2002        5º            6
2003        7º            4
2004        1º            10
2005        5º            6
2006        6º            5
2007        1º            10
2008        8º            3
2010        1º            10
2012        7º            4


6. SEAN KELLY (65 puntos)
1980        4º            7
1983        5º            6
1984        2º            9
1985        7º            4
1986        1º            10
1987        4º            7
1988        5º            6
1989        5º            6
1992        1º            10


7. GINO BARTALI (64 puntos)
1935        4º            7
1938        7º            4
1939        1º            10
1940        1º            10
1943        5º            6
1946        4º            7
1947        1º            10
1950        1º            10


8. GAETANO BELLONI (57 puntos)

1917        1º            10
1918        2º            9
1920        1º            10
1921        8º            3
1923        2º            9
1924        2º            9
1926        4º            7


9. ALFREDO BINDA (52 puntos)
1927        2º            9
1928        2º            9
1929        1º            10
1931        1º            10
1932        2º            9
1933        6º            5


10. GIOVANNI BRUNERO (49 puntos)
1920        5º            6  
1921        2º            9
1922        1º            10
1923        4º            7
1925        2º            9
1928        3º            8

 Y como corredores en activo:

Fabian Cancellara (45 puntos) 1º 2008 (10), 2º 2011 (9), 2º 2012 (9), 3º 2013 (8), 2º 2014 (9)
Alessandro Petacchi  (43 puntos) 4º 2004 (7), 1º 2005 (10), 2º 2006 (9), 8º 2007 (3), 5º 2009 (6), 3º 2010 (8)
Filippo Pozzato (30 puntos) 1º 2006 (10), 2º 2008 (9), 5º 2011 (6), 6º 2012 (5)
Tom Boonen (27 puntos) 8º 2005 (3), 4º 2006 (7), 3º 2007 (8), 2º 2010 (9)
Philippe Gilbert (23 puntos) 6º 2005 (5), 3º 2008 (8), 9º 2010 (2), 3º 2011 (8)
Mark Cavendish (18 puntos) 1º 2009 (10), 9º 2013 (2), 5º 2014 (6)
Peter Sagan (17 puntos) 4º 2012 (7), 2º 2013 (9), 10º 2014 (1)
Gerald Ciolek (12 puntos) 1º 2013 (10), 9º 2014 (2)

Finalmente, una mención especial para:

FAUSTO COPPI (41 puntos)
1940    10º        1
1941    10º        1
1946    1º        10
1948    1º        10
1949    1º        10

1953    9º        2
1954    4º        7

Nos hemos acostumbrado demasiado en los últimos años a victorias de corredores sorprendentes (Goss, Gerrans, Kristoff, Ciolek), corredores que han dado lo mejor de sí mismos en el lungomare Italo Calvino. Algunos de ellos con toda la pinta de ser "sputniks de manual". Puede que alguno reedite victoria (a Kristoff y a Ciolek se les ha visto bastante bien, a tono). Gerrans no lo hará, afortunadamente.

Este año se han desterrado por completo los grandilocuentes sueños de Acquarone de convertir la Sanremo en una nueva Lieja, con subida de cabras incluida. Mauro Vegni, la nueva cabeza de RCS, ha hecho todo un ejercicio de purismo, volviendo a colocar la meta en la tradicional Via Roma. Se ha eliminado igualmente la subida a le Manie, como ya sucediese el año pasado. De esta forma, los cuatro puntos cruciales de la carrera serán el Turchino, los capi, la Cipressa y el Poggio, a lo que se añade, como es lógico, la serpeante Via Aurelia, volcada al mar, y la línea de meta. Por tanto, la carrera tendrá algún kilómetro menos, y con el recorte de le Manie quizá llegue un gran grupo a Via Roma. Uno más grande de lo que estamos acostumbrados, aunque esos años en los que el HTC o el Fassa Bortolo al completo pasaban el Poggio parecen acabados. O no del todo, pues quizá Etixx o Sky lo logren, tal y como andan últimamente. De todas formas, la llegada de Via Roma es más corta que el lungomare, para llegar hasta ella hay que bajar menos, y pica ligeramente hacia arriba. 

Pongamos alguna vela al díos del ciclismo, o a San Remo, o a Rómulo, Remo e incluso a la Loba si es necesario, para que no venza otro sputnik, y mucho menos Cavendish. Valen también otros ritos propiciatorios, tipo sacrificio de animales o enterramiento de objetos valiosos. Cualquier cosa con tal de que el marrullero de Man no deshonre con alguna de las suyas una meta tan hermosa como la Via Roma. ¿Quién quiere oírle farfullar su inglés arrastrado al finalizar la carrera? Yo no. Tampoco quiero oír el inglés de Cancellara, que cada día se parece más, en acento y carácter, a Christoph Waltz en su papel de Hans Landa, aunque hay que reconocer que en Sanremo suele lucirse, incluso como velocista. En sus últimas declaraciones, el cabezón de la isla de Man dice que en la Via Roma vencen los campeones: esperemos que no lo haga él. 

Como siempre, todo está abierto. ¿Veremos de nuevo un sprint tan impresionante como el de Kristoff del año pasado? ¿Ciolek será capaz de reeditar victoria con un kilometraje "normal"? ¿Qué tal lo hará Sagan? ¿Cavendish será capaz de demostrar que es el mejor sprinter de su generación sin necesidad de llevarse a alguien al suelo? ¿Cancellara conseguirá su quinto podio consecutivo? ¿Atacará en el Poggio? ¿Si no lo hace él, quién lo hará? ¿Gilbert, como nos tenía acostumbrados en el pasado? ¿De Marchi o Gallopin, atacantes natos como son? ¿Kwiatkowski ganará de arcobaleno, como Merckx, Gimondi o Saronni antes de él? ¿Correrá, para nuestro deleite, De Gendt, o incluso ese pollo sin cabeza de Vanmarcke? ¿Stannard hará una demostración brutal como en la Omloop Het Niewsblad? ¿Aparecerá de nuevo Pozzato? ¿Quién será el italiano de la edición: Cimolai, Nizzolo, Colbrelli? ¿Qué tal lo harán sprinters jóvenes como Lobato, Matthews, Degenkolb, Demare o incluso Moreno Hofland? ¿Podrá alguno, de tú a tú, sacar de rueda a Cavendish? El domingo se verá.


Fuentes:
Milano - Sanremo, 100 anni leggendari, Enzo Baroni y Cesare Pesenti, 2007
Les classiques du 20n siècle, Fer Schroeders, 1999
Velo 2015, Joël Goddaert y Tony Landuyt,
www.wikipedia.nl 

sábado, 4 de octubre de 2014

EL MUNDIAL DE PONFERRADA

Que vaya por delante que no acerté en los pronósticos. No puse al polaco Michal Kwiatkowski en la amplia terna de favoritos para ganar en Ponferrada, a pesar de su fantástica primavera, en la que terminó entre los cinco primeros en las tres clásicas de las Ardenas. En el Tour se arrastró, y quizá por eso me olvidé de él. Ahora no desentona vestido con el arcobaleno, como sucidiese con Rui Costa, otro vencedor sorpresa.

Un podio de Lieja: Gerrans, Kwiatkowski y Valverde.
Kwiatkowski no solo fue el más listo, sino también el más fuerte. Como se venía diciendo desde que se pronosticase lluvia para el domingo, la diferencia se hizo en la bajada; aunque no ya en la segunda, una vertiginosa caída libre hasta la meta, digna de la Cipressa, sino en la primera, otra auténtica trampa mortal que terminaba en una curva de noventa grados que conducía a la espectral presa del embalse de Bárcena. Kwiatkowski, como decía, no solo fue el más listo a la hora de escoger el punto decisivo donde atacar (última vuelta, penúltima bajada), sino que tuvo fuerzas suficientes como para superar la última ascensión con la misma diferencia con la que la había empezado, ante un pujante grupo comandado por Valverde, Gerrans y Gilbert. 

Kwiatkowski destacado en la presa del embalse de Bárcena.


El circuito finalmente se presentó más complicado de lo que se había dicho en un inicio. Ni mucho menos fue un mundial asequible y anodino, como lo fueron los de Madrid, Salzburgo y Geelong, y por supuesto, demostró estar alejado años luz de las farsas de Zolder y Copenhague. No fue un mundial para los clasicómanos puros, como Boonen y Cancellara, a los que apenas se vio. En el primer caso, estaba claro que la selección belga contaba con tipos más en forma que la leyenda flamenca, que se encuentra, no nos engañemos, en sus años crepusculares. Van Avermaet se presentaba como una opción más clara, después de sus victorias en Gerardsbergen en el Eneco Tour y en el Grand Prix de Wallonie. Pero en la selección suiza todo se jugó a la carta de Cancellara, desgastando inutilmente a un portentoso Michael Albasini, vencedor reciente de los Tre valli varesine. De todas formas no fueron las únicas decepciones. El rendimiento de Sagan y Nibali sí que estuvo muy por debajo de lo esperado. Al primero ni se le vio, y el segundo se abrió de piernas ante la maniobra de despiste de Purito en el alto de Mirador. Los velocistas jóvenes sí que estuvieron a la altura. De no ser por la lluvia y el ataque de Kwiatkowski, el mundial se hubiese resuelto en el sprint entre Kristoff, Degenkolb y Bouhanni. Como una Sanremo.


Después de tantear los días anteriores varios puntos en los que ver la carrera, nos colocamos en el paso por el falso llano que coronaba el alto de Confederación. Amaneció nublado y lloviznaba en la montaña, entre los pinos y los cables de alta tensión, que no cesaban de crepitar. Las vueltas se fueron sucediendo. La escapada inicial la formaron el colombiano Quintero, el ucraniano Polivoda, el croata Kvasina y el letón Savickas. La persecución fue comandada en exclusiva por la selección de Polonia, la única que hizo algo en las vueltas iniciales para evitar que el pelotón se apoltronase demasiado. La niebla se levantaba poco a poco sobre el bosque de pinos replantados, y a cada paso, el pelotón y los coches arrastraban tras de sí un auténtico vendaval. Más tarde llegó el turno de los "segundas espadas" de las grandes selecciones: Giovanni Visconti, Peter Kennaugh, Sep Vanmarcke, Christopher Juul Jensen, Dani Navarro, etc. En varios movimientos, el que puso más empeño fue  el suizo Michael Albasini. Tras unas vueltas en las que el sol asomaba tímidamente entre las nubes, el cielo se fue cubriendo, escuchándose a lo lejos algún trueno. Cuando comenzó a arreciar la lluvia con más fuerza, la selección italiana realizó una vuelta de infarto, con un propósito más suicida que claro. Fue una delicia ver pasar como una exhalación al grupo comandado por Bennati y el resto de azzurri, deslizándose a gran velocidad sobre el asfalto mojado. Posteriormente llegó el turno del número en solitario de Tony Martin, condenado al fracaso pero útil como acción de desgaste para el pelotón. Cruzó delante nuestro con su típica estampa: posición aerodinámica, desarrollo masivo y boca abierta.

La espera se hacía larga, y a cada nuevo paso por nuestra cuneta, la situación de carrera se presentaba totalmente cambiada. De este modo, a falta de dos pasos por meta, se formó un trío con Cyril Gautier, Michael Valgren Andersen y Alessandro De Marchi, seguido de cerca por Vassil Kiryienka. Se trataba de tres corredorazos, voluntariosos y atacantes, salidos de la Vuelta (Valgren Andersen, Kiryenka y De Marchi), acompañados del joven francés, el mejor pupilo de Voeckler en cuanto a "pestosidad". En la última vuelta, el cuarteto pasó por delante de nuestras narices con apenas unos segundos de ventaja sobre un pelotón cada vez más reducido. Veinte metros delante de nuestra posición se jugó el mundial, aunque no pudimos verlo. Kwiatkowski se lanzó en el descenso hasta el embalse y sacó unos segundos preciosos que Dani Moreno no pudo recortar. Precisamente lo habíamos visto pasar por ahí dos dias antes, entrenando con toda la selección polaca, tanto femenina como masculina. Los habíamos visto seguros, sorprendentemente seguros.

Kwiatkowski deja atrás en el Mirador a Valgren Andersen y De Marchi
Tras pasar la presa y el túnel, el polaco se prensetó con el cuarteto cabecero. De Marchi, sin duda el mejor de los italianos como era de esperar, era el que más fuerzas gastaba en ese grupo delantero. Éste y Valgren Andersen intentaron permanecer a rueda del polaco el máximo tiempo posible, aunque fue inútil, pues se deshizo de ellos con facilidad al venir fundidos después de dos vueltas de machaque. Mientras tanto, detrás, tras unos segundos de incertidumbre, Jonathan Castroviejo se puso a tirar para recortar diferencias en beneficio de Purito y Valverde. Cuando Castroviejo ya no pudo más, Purito se lanzó al ataque, quizá demasiado tarde. Nunca se sabrá si se trató en realidad de un ataque de despiste, a la espera de un ataque todavía más demoledor de Valverde, o un ataque en serio. Lo que sí que es cierto es que el ataque de Purito sirvió para rematar a Nibali, en una baja forma alarmante para un ganador de Tour, y para que Gilbert, Gerrans, Valverde y Breschel se le pusiesen a rueda. Sí, también Breschel, ese corredor que sale de la tumba solo en los mundiales (y no todos los años). Valverde y Gilbert prolongaron el ataque de Purito, formándose un grupo de siete (Valverde, Gilbert, Gerrans, Van Avermaet, Gallopin y Breschel). Como siempre, Valverde atacó demasiado tarde, mientras que Purito, parece que más por desidia que falta de fuerzas, se dejó llevar. Parecía no querer estar involucrado con Valverde una vez más en un grupo que se jugase una victoria. O simplemente no estaba dispuesto a asumir un rol de gregario para el murciano. Quién sabe.

Kwiatkowski tenía ya medio triunfo en el bolsillo, y amplió la ventaja con un gran descenso hasta meta. Detrás hubo los típicos parones, especialmente debido a la racanería de Gerrans. Valverde y Gilbert fueron los únicos que pusieron algo de empeño en la caza, especialmente el valón, que se sacrificó por Van Avermaet. Su compatriota y compañero de equipo no remató, como es habitual en él, pero Gilbert demostró que si bien ya no está (ni estará) a la altura de su año mágico de 2011, aquel en el que Omega Pharma parecía ser más bien un chiste malicioso que un patrocinador, sigue siendo un corredor competitivo y entregado. 

El polaco acabó haciéndose con la victoria, mientras que por detrás Gerrans se hacía con facilidad con la medalla de plata, y Valverde con la de broce en un disputado sprint con Breschel.  Gerrans racaneó todo lo que pudo y más, esperando ser conducido a meta en carroza para rematar a todos con su nueva punta de velocidad, insólita a sus 34 años. Gerrans no solo es un corredor que no da una pedalada de más, y que busca con zorrería el abrigo, como se viese a la perfección en su Sanremo de 2012, en la que se aprovechó con astucia de la nula estrategia de Cancellara, sino que es además un corredor guadianesco, que aparece y desaparece, y que está teniendo a los 34 años su mejor temporada con diferencia. No es un corredor que me guste, todo lo contrario. Por eso suscribí la campaña de twitter #anyonebutgerrans. Nunca le estaremos lo suficientemente agradecidos a Kwiatkowski por haber evitado un ganador que estaría a la altura de Leblanc, Astarloa o Brochard.


Valverde hizo de nuevo tercero, siendo éste su tercer año consecutivo en esa posición. Lo de Valverde y los mundiales merece un análisis aparte. Ha superado los podios de Poulidor, y si se suman sus puestos entre los diez primeros, puntuándolos de 10 a 1, Valverde es el mejor corredor de los mundiales de todos los tiempos, por delante de Merckx, Freire y Zoetemelk. Aunque, a diferencia de estos tres, le falta precisamente el mundial. Este año, a diferencia de los dos anteriores, su puesto es digno de elogio, pues se trataba de un mundial no tan apto para sus características, pasado por agua además (hay que tener en cuenta que con la lluvia los murcianos se disuelven, no hay que ver más que a Luis León Sánchez). A Valverde solo le queda ganar el mundial como Zoetemelk, con 39 años. 



En fin, la merecida victoria de Kwiatkowski marca un cambio generacional. El polaco pertenece a ese generación dorada de 1990, como Sagan, Pinot, Quintana y Bouhanni, diez años mayores que Valverde, Gerrans, Boonen y Wiggins, que siguen dando guerra. Kwiatkowski tiene 24 años, uno más de los que tenía Freire al vencer su primer mundial, dos más que Merckx en Heerlen, Lemond en Altenrhein y Armstrong en Oslo, y tres más que Monsere. Se trata por tanto de un campeón con futuro. De todas maneras, habrá que esperar a que confirme con más victorias este grandísimo triunfo. Este año ha andando como una moto, como todo su equipo (exceptuando a De Gendt). Aunque los corredores del este suelen explotar demasiado pronto, luego parecen dormirse en los laureles, o simplemente volatilizarse. Fue el caso de Berzin, también el de Vainsteins. Sagan parece que anda de camino. Al menos, el polaco se presenta como el gran rival generacional del eslovaco en el futuro más inmediato.


De nuevo pasa un mundial, y con él se acerca la conclusión de la temporada. El destartalado urbanismo de la ciudad, sus malas comunicaciones con la consiguiente ausencia de público, y varios problemas con las vallas, no han sido problemas suficientes como para ensombrecer este mundial, del que al final me he ido satisfecho. La carrera fue emocionante, y tuvo de todo: ataques en subida, ataques en bajada, lluvia, emoción, labor de equipo, escapadas intermedias, curvas tomadas a cuchillo y sprint finales interesantes. Lo poco que necesita un mundial para ser interesante. Y si a eso se añade un podio digno de Liège - Bastogne - Liège, todavía mejor.