martes, 24 de junio de 2014

GEOMETRÍAS

Continuo con algunos de los artículos publicados en ¿Alguna idea? bajo el epígrafe "El placer de la mirada". Fotogramas seleccionados sobre temas concretos, que relacionan en la mayor parte de las veces el cine con las artes plásticas. 

Kandinsky, Malevich, Mondrian, luego Klee, y más tarde Rothko: la pintura desde las vanguardias se ha desprendido del mundo. Desde entonces, la superficie del cuadro ha sido un campo de batalla de líneas y colores. Dejó de tener sentido buscar significados, pues los objetos habían desaparecido. La realidad se exaltaba de otra forma, no ya recreando la naturaleza sino exhibiendo su esencia. ¿Pero cómo podía el cine acercarse a la sensibilidad abstracta que ha terminado por dominar el arte? ¿Cómo podía hacerlo sin dejar de lado lo que le es propio, es decir, la realidad fotografiada?
Sin prescindir de los objetos y de los actores, los directores de cine y sus directores de fotografía se han acercado a esa sensibilidad abstracta buscando los espacios vacíos dentro del plano. También dividiendo el plano en dos mitades constrastadas, o compartimentándolo en bandas. Para ello recurrieron a los pintores del pasado que ya habían intentado sacar a la luz la estructura geométrica que subyace en la realidad. Pensaron en Piero della Francesca, en Durero, en Poussin. Pero también en aquellos maestros modernos de los espacios vacíos: Degas, De Chirico, Hopper.  De esta forma, el plano se convirtió en un territorio de tensiones y contrastes entre los espacios llenos y los vacíos, entre la silueta de los actores y las formas geométricas de los objetos. Los grandes directores se especializarán así en el diálogo mudo entre lo vivo y lo inerte.
La geometría puede mostrar un mundo despersonalizado y rígido en el que los personajes están alienados o viven bajo presión psicológica. Pero también la geometría puede mostrar la asombrosa belleza que subyace bajo la regularidad de la naturaleza y de las cosas.

El eclipse (Michelangelo Antonioni, 1962)

La montaña sagrada (Alejandro Jodorowsky, 1973)
El resplandor (Stanley Kubrick, 1980)
El sabor del sake (Yasujiro Ozu, 1962)

El conformista (Bernardo Bertolucci, 1970)

Centauros del desierto (John Ford, 1956)

Suspiria (Dario Argento, 1977)
Juventude em marcha (Pedro Costa, 2006)
La aventura (Michelangelo Antonioni, 1960)
El caballo de Turín (Béla Tarr, 2011)
El verdugo (Luis G. Berlanga, 1963)
Las consecuencias del amor (Paolo Sorrentino, 2004)
Playtime (Jacques Tati, 1967)

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