jueves, 14 de abril de 2011


¡Seáis todos bienvenidos!

Hoy estreno blog como niño que estrena zapatos nuevos. Sí, hoy. A estas alturas...Como bien sabréis, hubo una época en la que todo hijo de vecino disfrutaba de un blog, y en él volcaba esperanzas, ilusiones, impresiones del día a día, consejos de autoayuda, y también bastantes chorradas. Y en aquel tiempo, aunque estuve seriamente tentado a escribir yo también un blog, rechacé tal idea movido quizá por la falsa modestia, o más bien por mi innata pereza. Pero hoy, cuando la moda de los blogs parece un tanto olvidada, me ha dado por rescatarla, como si se tratase de un objeto nostálgico, y por ende, trágico, como lo fueron en su día el vídeo 2000, el láser disc o, sin ir más lejos, el messenger. Resulta un artilugio obsoleto en comparación con el monstruo del mil cabezas del Facebook. Y por eso, por la inocencia del medio, por su fragilidad, entran ganas de dar una segunda oportunidad a la escritura de un blog.


Me encuentro entre esa clase de gente que, por desgracia, llevaba gafas de pasta antes de que se pusiesen de moda. También encontraba mucho más interesantes las bicicletas de carretera de los años ochenta que las mountain bike, antes de que se pusiesen de moda las primeras a lomos de los más modernos hijos de nuestras ciudades. E igualmente, soy de aquellos a los que les gustan las películas en versión original, simplemente por la curiosidad de escuchar a los actores hablar su propia lengua. Por todo eso, como ser a destiempo que soy, me considero en el derecho legítimo a rescatar la moda de los blogs.


Además, escribir un blog siempre ofrece ciertas ventajas. La primera, y quizá fundamental, es que permite idas de olla de tamaño descomunal, a riesgo de perder lectores. Y como segunda ventaja, íntimamente asociada a la primera, escribir un blog permite, como todo tipo de escritura, hablar sin ser interrumpido. Una gozada también.


Todavía no he sopesado con suficiente frialdad los temas a tratar en esta nueva aventurilla que inicio. Seguramente daré rienda suelta a mis debilidades, o divinidades, o vicios, o fidelidades, o como queráis llamarles. Se me acaba de ocurrir, así a bote pronto, que voy a hablar de las tres ces: cine-ciclismo-comunicación (arte, literatura, etc.). Esas son mis tres pasiones, y al que no le interesen, pues que busque en internet otros sitios, que los hay de sobra. Todo ello sin descartar la posibilidad de colgar alguna que otra cavilación o pensamiento poco elaborado que me venga en mente.


Espero poder distraeros, entreteneros, y contaros así muchas cosas. Un saludo a todos!




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