No hay nada más hermoso que el cuerpo humano, y
bien lo sabe el arte. Desde el momento en que los pintores del arte
levantino descubrieron el placer de pintar la realidad en apenas dos
trazos, el arte ha ido explorando el cuerpo, tanto femenino como
masculino, creando al mismo tiempo códigos de belleza. Los ideales
fueron cambiando y sustituyéndose, al mismo tiempo que la escultura
y la pintura, con el paso de los siglos, fueron ritualizando ciertas
poses, ciertas formas de acercarse al cuerpo. El cine no es ajeno a
ellas: los cuerpos femeninos tendidos sobre un lecho, ofreciéndose a
un espectador privado y anónimo, como los de Tiziano, Goya y Manet,
y los cuerpos masculinos que se exhiben orgullos, conscientes de su
virilidad, como los de Polícleto, Miguel Ángel y Gericault.
Con el cine, el disfrute del cuerpo desnudo ha
dejado de ser privado, convirtiéndose en masivo. El cuerpo se ha
exhibido tanto que ha llegado a banalizarse, e incluso los cánones
de belleza creados desde los medios masivos han alterado nuestra
visión de cómo un cuerpo debe ser. Ante tal explotación, algunos
cineastas optan por crear desnudos que entronquen con una larga
trayectoria histórica de imágenes, para así escapar a su
vulgarización. En otros casos, como sucede con la reciente La
vie d’Adèle, se invoca, a través del realismo y la
inmediatez, la belleza del cuerpo desnudo en movimiento. Ambas
opciones son válidas, si el objetivo final no es otro que la
exaltación del cuerpo, de cualquier cuerpo, entendido como ejemplo
máximo de la belleza.
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Melancholia (Lars von Trier, 2011) |
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Au hasard Balthazar (Robert Bresson, 1966) |
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La cicatriz interior (Philippe Garrel, 1972) |
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Soñadores (Bernardo Bertolucci, 2003) |
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La doble vida de Verónica (Krzysztof Kieslowski, 1990) |
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El desprecio (Jean-Luc Godard, 1963) |
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Gruppo di famiglia in un interno (Luchino Visconti, 1974) |
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Shame (Steve McQueen, 2011) |
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Salò o los 120 días de Sodoma (Pier Paolo Pasolini, 1975) |
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Satiricón (Federico Fellini, 1969) |
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El color de la granada (Sergei Paradjanov, 1968) |
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Carretera perdida (David Lynch, 1996) |
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Un verano ardiente (Philippe Garrel, 2011) |
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Mamá cumple 100 años (Carlos Saura, 1979) |
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Las mil y una noches (Pier Paolo Pasolini, 1974) |
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El decamerón (Pier Paolo Pasolini, 1972) |
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Las amargas lágrimas de Petra von Kant (Ranier Werner Fassbinder, 1972) |
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Zabriskie point (Michelangelo Antonioni, 1970) |
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