Estos niños en blanco y negro, al hacerse grandes y algo más experimentados, se convirtieron en grandes escritores. En sus miradas inquietas hay un ligero destello del deseo de aventura y de la curiosidad asombrada de la niñez, pero también de la tristeza de niños habituados a juegos solitarios. No saben qué hacer en esos decorados que parecen pensados para motivar depresiones. ¿Ya pensaban entonces en El libro del desasosiego, El hombre sin atributos o El proceso?
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Fernando Pessoa |
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Robert Musil |
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Franz Kafka |
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